Aburrido de sí mismo, decidió convertirse en otro. Cambió de vestimenta, hizo nuevas amistades, se mudó de casa y buscó otra novia.
Al cabo del tiempo todo le parecía insulso de nuevo. Volvió a cambiar. Dejó a su nueva novia, cambió de barrio, sustituyó sus nuevos amigos por otros y compró ropa diferente.
Pasados unos meses, al evaluar los cambios, comprobó que nada había cambiado en realidad. Terminó el párrafo y se fue a dormir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario